Soliloquio

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SOLILOQUIO DE HAMLET

SER O NO SER: no es un dilema sino una tautología. A mí no me interesan los enunciados vacíos. Lo que yo quiero saber es la verdad de un enunciado sintético: lo que yo quiero saber es si seré, esto es, si tendré valor para vengar a mi padre.
¿Porqué necesito valor? En verdad, el esposo de mi madre, el rey, es un hombre poderoso y yo arriesgaré mi vida. Pero si puedo convencer a todos de que él asesinó a mi padre, todos estarán conmigo. Si puedo convencer a todos de algo que es tan claro para mí.
¿Porqué es claro? Tengo buena evidencia. El fantasma fue muy concluyente en sus argumentos. Pero es sólo un fantasma. ¿Existe? Es cosa que no podría preguntarle. Quizás lo soñé. Pero hay otra evidencia. Ese hombre tenía un motivo para matar a mi padre. ¡Qué oportunidad de convertirse en rey de Dinamarca! Y el apresuramiento con que mi madre se casó con él. Mi padre había sido siempre un hombre saludable. He aquí un buen testimonio indirecto.
Pero he ahí: nada más que un testimonio indirecto. ¿Puedo creer lo que sólo es probable? Es aquí donde me falta el valor. No es que me atemorice el presente rey; de lo que tengo miedo es de hacer algo fundándome en una pura probabilidad. El lógico me dice que una probabilidad no tiene sentido para un solo caso. ¿Cómo puedo entonces obrar en este caso? He ahí lo que pasa cuando se pregunta al lógico. El matiz propio de la resolución pierde su color con el pálido velo del pensamiento. Pero ¿y si empiezo a pensar después de mi acto y encuentro que no debía haberlo hecho?
¿Es tan malo el lógico? Me dice que si algo es probable puedo convertirlo en supuesto y obrar como si fuera verdad. Al hacerlo estaré en lo cierto en la mayor parte de los casos. Pero ¿estaré en lo cierto en este caso? No hay respuesta. El lógico dice: "Obra. Estarás en lo cierto en el mayor número de casos."
Veo una solución. Haré más concluyente la evidencia. Realmente es una buena idea: esa representación que voy a poner. Será un experimento decisivo. Si lo asesinaron, no podrá ocultar sus emociones. Eso es buena psicología. Si la prueba resulta ser positiva, sabré todo lo que ha sucedido. ¿Os dais cuenta de lo que quiero decir? Hay más cosas en el cielo y en la tierra de las que has soñado en tu filosofía, mi querido lógico.
¿Lo sabré con toda certeza? Veo tu sonrisa irónica. La certeza no existe. La probabilidad aumentará y mi supuesto tendrá más valor. Puedo contar con un porcentaje mayor de resultados correctos. Eso es todo lo que puedo alcanzar. No puedo dejar de plantear un supuesto. Yo quiero certeza, pero todo lo que el lógico tiene que darme es el consejo de construir supuestos.
Heme aquí, el eterno Hamlet. ¿De qué me sirve preguntar al lógico, si todo lo que él me dice es que haga hipótesis? Su consejo confirma mi duda en lugar de darme el valor que necesito para obrar. La lógica no se ha hecho para mí. Es necesario tener más valor que Hamlet para ser siempre guiado por la lógica.


Hans Reichenbach.
La Filosofía Científica. México, Fondo de Cultura Económica, 1967, segunda edición, cap XV.

Cómo y Porqué

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Cuando un científico quiere explicar un hecho, busca su porqué; luego sistematiza la respuesta en términos de causa y efecto, o en términos de una mejor descripción del hecho. Kepler respondió a la pregunta por la trayectoria de los planetas describiendo con una elipse sus órbitas; Galileo hizo lo suyo al explicar cómo la trayectoria de las balas de cañón eran descriptible con una parábola; Lavoisier mostró la presencia de oxígeno como la causa de las combustiones; Darwin señaló cómo la selección natural daba lugar al cambio en las especies; etc. Lo que se suele criticar de las explicaciones científicas es que responden a cómo suceden los hechos pero no a su porqué. Luego declaran que el porqué de las cosas está fuera del alcance de la Ciencia, y que esa es una cuestión que deben responder la Moral, la Religión o la Doctrina de turno. Podemos coincidir con la primera crítica: las explicaciones científicas se sistematizan y responden en términos de cómo ocurre y se desarrolla un determinado hecho. Pero en cuanto a la segunda crítica, debemos cuestionar firmemente la diferencia entre un "cómo" y un "porqué". Intuitivamente pareciera que el "cómo" exige una descripción como respuesta, mientras que el "porqué" sólo se satisface señalando alguna "intención" o fin último del objeto o evento a explicar. Pero las intenciones no son un objeto físico. Al preguntar "porqué" en vez de "cómo", lo que hacemos es dar lugar a formas instintivas de pensamiento, formas de pensamiento consistentes en dotar a la naturaleza, los objetos y los hechos de personalidad, carácter e intención. Y este enfoque antropocéntrico, es una de las cosas de las cuales el pensamiento científico intenta liberarse. Pero la ciencia la hacen los hombre, por lo que esta liberación no es del todo posible, no existe nada parecido a un método fijo para evaluar la mentalidad con la que se plantean teorías. Pero una forma de lograr parcialmente este objetivo, es responder "cómo" y desdeñar, aún cuando el sentido común nos regaña, los "porqué". Y funciona.

Nota: sospecho que quizás, el hábito de preguntarse "porqué" en vez de "cómo" constituya un real obstáculo epistemológico.

Biología y Belleza

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Hay dos opiniones comunes acerca de la estética, el arte y la belleza: la primera sostiene que realmente existe la belleza, y que las obras de arte pueden ser objetivamente valoradas según cuan bellas sean. La segunda supone que la belleza es algo cultural, relativo y que el estatus estético de una obra de arte está reducido al juicio de la sociedad (o sus líderes)... la primera lleva al autoritarismo estético y esencialista: sólo aquellos que han pasado mucho tiempo dedicados a la crítica pueden acceder a la experiencia contenida en la obra, sino percibimos la belleza, es porque no hemos llegado al nivel necesario... la segunda, al afirmar un "todo vale", explica todo pero no afirma nada, no permite explicar las diferencias en la percepción, el estatus subjetivo de una obra, la evolución de las corrientes artísticas, porqué siempre hay algo llamado arte...

En los últimos años, aparece una tercera vía, pero exige considerar a la biología, los mapas genéticos, la historia natural... y con esas cosas no se puede chamuyar mucho sin quedar en ridículo, no se puede usar palabras como "atravesamiento", "significante", "interpretativo", "desconstrucción", etc. Suficiente razones para que los críticos de las Facultades de Arte y los relativistas de las Facultades de Ciencias Sociales ignoren esta vía.











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